miércoles, 13 de abril de 2011

LA RUINA DE LOS AYUNTAMIENTOS (III): SAN ROQUE

San Roque ha sido tradicionalmente considerado un pueblo rico. Nuestro extenso término municipal, nuestro importante tejido industrial, las urbanizaciones de lujo del valle del Guadiaro, el asentamiento de deportes de élite como el golf y el polo que mueven mucho, muchísimo dinero, son el sueño de la mayoría de los gobernantes locales que carecen de la mayoría de los recursos de los que nosotros disponemos en abundancia. El Ayuntamiento debiera de ser, por lo mismo, un ayuntamiento rico. Los ingresos de derecho público (impuestos, tasas, licencias) que genera todo esto, en principio tendría que ser suficiente para mantener un alto nivel de servicios a los ciudadanos sin menoscabo de la economía municipal. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El Ayuntamiento de San Roque es, no desde ahora, sino desde hace al menos cuatro años, una institución endeudada, que a duras penas puede ir pagando a sus trabajadores, y poco más. Al igual que en La Línea o Los Barrios, muchos proveedores han tenido que arriar velas, y largarse, dejando atrás una concesión por la que se le adeudan decenas de miles de euros. El último, FCC, que renunció a seguir prestando el servicio de limpieza de colegios y edificios e inmuebles municipales cuando ya no podía aguantar más sin cobrar. ¿Las causas?: varias. San Roque es más complejo que otros municipios. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la población de San Roque está dispersa en varios núcleos, alejados entre ellos y con el casco urbano, y que la población reclama servicios similares viva donde viva, lo que por otra parte, es lógico y facil de entender. ¿Que pueblo tiene cuatro cementerios y cinco o seis campos de futbol? ¿que pueblo tiene varias alcaldías de barrio? ¿que pueblo de 27-28.000 habitantes tiene más de cien policías locales y alrededor de cuarenta vigilantes? ¿que pueblo de este tamaño tiene varios pabellones polideportivos? ¿que pueblo celebra 10 ferias, 7 u 8 carnavales y 3 procesiones de la Virgen del Carmen? Esta es una primera y principal causa del enorme gasto que el ayuntamiento soporta. Cualquier partida presupuestaria se multiplica por este motivo. En segundo lugar, San Roque tiene uno de los más bajos índices de presión fiscal de España, a excepción del IAE que pagan las grandes empresas. El hecho de que fueran estas las que asumieran el esfuerzo tributario, ha hecho que la carga a las familias sea mínima. Por poner un ejemplo, una vivienda que en Algeciras paga 200 euros de "contribución", en San Roque paga solo 100. El "sello" del coche es tambien mucho más barato. En San Roque nunca se ha pagado basura, hasta ahora, con lo que Ayuntamiento tenía que correr con el costo total del servicio de recogida y tratamiento, que ha supuesto en los últimos años alrededor de 10-11 millones de euros. Hablamos solo en esta partida de un 15% del presupuesto. Tampoco se ha hecho una buena gestión tributaria en lo tocante a los padrones del IBI (la contribución) ya que de las miles de viviendas que se han construido en la zona del Guadiaro, Sotogrande, Alcaidesa, San Roque Club, La Pólvora, Puente Mayorga, etc. en los últimos años, la mayoría de ellas aun no están de alta y por lo tanto, no pagan. Esto supone una pérdida real de millones de euros. Los padrones del resto de los impuestos están congelados desde hace años, sin que ni siquiera se hayan actualizado con el I.P.C., cosa que creo que no ocurre en ninguna parte de España. En tercer lugar, y con esto termino, para que despues no digan que me enrollo mucho, aunque sobre este tema podrían rellenarse decenas de páginas, añado la "alegría" en el gasto que se practicó durante varios años, aquellos en que la orgía de la construcción hacía fluir dinero sin fin y que parecía que nunca se iba a acabar. Coincidiendo con el momento álgido de este ciclo la plantilla municipal "engordó" tremendamente. El presupuesto de personal casi se triplicó en un periodo de 5-6 años, pensando que el Ayuntamiento tenía que "contribuir a bajar el paro". Los gastos se dispararon: se plantaba cesped por todos lados, se hacían multitud de obras, unas más necesarias que otras, algunas ruidosamente caras e inútiles afortunadamente no llegaron a ver la luz. A modo de ejemplo, el gasto en telefonía móvil suponía alrededor de 350.000 euros al año. Lógico si casi la mitad los empleados disponían de un teléfono, sin pensar en si era necesario que lo tuviera o no. Se gastó en estos años lo que no se podía. Se firmaron acuerdos para hacer inversiones (Centro de Salud de San Enrique, entre otros) por los que el Ayuntamiento se comprometía a aportar dineros que no le correspondía, y que además, no tenía. Se creyó por nuestros gobernantes de entonces que "efectivamente éramos ricos" y el Ayuntamiento vivió acorde a esta "realidad". Por desgracia, lo seguiremos lamentando durante muchos años.